Educación religiosa
En concreto, el enfoque de la educación religiosa consiste en ofrecer a los niños un acercamiento a la religión que les ayude a desarrollar y profundizar su fe religiosa en la vida posterior. El concepto de educación religiosa se basa en cuatro dimensiones: el encuentro con el niño en la situación vital concreta, la aportación de experiencias básicas positivas, la aceptación del aprendizaje sin reservas y el camino espiritual.
Las diferentes dimensiones de la enseñanza religiosa
Dimensión 1: Recoger al niño en la situación vital concreta
La dimensión consiste en orientarse hacia las necesidades de los niños. Los educadores: En su interior, deben cuestionar y analizar las acciones de los niños. A partir de ahí, deben reconocer qué necesidad les falta a los niños en ese momento. Por ejemplo, si un niño llora porque no se cumple un deseo, los educadores deben reconocer de qué se trata y entonces, por ejemplo, tomar al niño en brazos y consolarlo.
Dimensión 2: Proporcionar experiencias básicas positivas
El objetivo de esta dimensión es reforzar la confianza básica del niño en sí mismo, en sus semejantes y en la naturaleza. Los educadores deben mostrar al niño amor, afecto y aprecio. Los niños deben aprender que lo que son -con sus puntos fuertes y débiles y su personalidad- está bien y es normal. Además, el niño debe aprender que puede confiar en los demás. De este modo, los niños también serán capaces de superar situaciones difíciles y retos en el futuro.
Dimensión 3: Aceptar el aprendizaje sin reservas
Similar al concepto dePedagogía abierta del mindfulness el niño debe experimentar que es aceptado y querido tal como es, independientemente de su carácter, apariencia y situación vital. Aquí es fundamental el efecto de los educadores como modelos de conducta. Los niños deben aprender a aceptar sin reservas.
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Dimensión 4: El camino espiritual
Esta dimensión consiste en transmitir a los niños la fe, las tradiciones y los valores cristianos concretos. Los símbolos de las enseñanzas cristianas se acercan a los niños y éstos deben aprender que no están solos con sus preocupaciones y temores.